La COVID-19 ha acelerado la adopción de la cadena de suministro digital. Además de digitalizarse, los retos del futuro deben ser abordados con inteligencia e innovación.
En esta entrada de nuestro blog tecnológico, vamos a abordar cómo se ha redefinido la cadena tras el impacto de la pandemia, los retos que se presentan en el futuro cercano y cómo abordarlos para convertirse en líderes del sector.
Mirando más allá de la recuperación
En las primeras semanas de la crisis, se pusieron en evidencia muchos de los riesgos, vulnerabilidades y problemas de la cadena de suministro, incluso de aquellas que llevaban tiempo invirtiendo en digitalización.
Gracias a este impacto, muchas organizaciones han aprovechado para analizar detenidamente sus procesos así como sus modelos de negocio.
En general, tanto expertos como empresas han constatado que la flexibilidad es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, aunque no el único.
Sin duda, la gran pregunta que todos se hacen en este momento es, ¿cómo serán las redes de suministro en la era pospandemia?
Según la consultora Deloitte, aquellos que quieran ser líderes, deben centrarse en tres áreas clave:
1. Reconocer los cambios de modelos de consumo
Es evidente que los hábitos de consumo, las operaciones, los ecosistemas económicos y la fuerza laboral han sufrido profundos cambios. Cada uno de ellos puede tener implicaciones directas e indirectas en la cadena de suministro.
El auge del comercio electrónico y los cambios en los patrones de consumo han marcado un antes y un después. Según diversos estudios, estos cambios han venido para quedarse y las empresas deben seguir cumpliendo con las exigencias de los consumidores.
Un consumidor más exigente
La situación que estamos viviendo ha propiciado que los consumidores viren hacia diferentes tipos de comportamiento: en algunos casos la fidelidad a la marca se ha reforzado. En otros, los consumidores han buscado y probado nuevas alternativas que es posible que mantengan en el tiempo.
Sea como sea, lo que sí es una realidad es que hay determinados aspectos a los que los consumidores se han acostumbrado durante la pandemia y que afectan a la cadena de suministro y debemos tener en cuenta:
- Los tiempos de entrega más cortos reclaman una cadena más ágil y eficiente, sin retrasos ni problemas.
- El usuario quiere estar continuamente informado. Es decir, el seguimiento de pedidos, los portales de autoservicio, y la facturación digital son aspectos obligatorios sin los que ninguna empresa puede pasar.
- La omnicanalidad como modelo estándar. Una experiencia de compra coherente y consistente no será una novedad en la era pospandemia, sino lo que esperan todos los usuarios.
La importancia de poner en valor la identidad de la empresa
Durante el confinamiento, los usuarios estuvieron muy atentos al comportamiento de las marcas. Analizaron la actitud de las empresas con respecto a los consumidores, pero también con respecto a los empleados y otros agentes sociales.
Fruto de este escrutinio, los consumidores abandonaron aquellas marcas que consideraban que no respondían con altura a las expectativas.
En esta fase, como apunta la consultora Ipsos, es especialmente importante la transparencia y la puesta en valor de la identidad de la empresa.
Es más, en una reciente encuesta global, tanto los millennials como los pertenecientes a la generación Z confirmaban que tras la pandemia harían un esfuerzo extra para apoyar al pequeño comercio, abandonando aquellas marcas que no han dado la talla en la puesta en práctica de sus “supuestos” valores.
2. La flexibilidad de una cadena de suministro eficiente para adaptarse a los cambios
Si algo nos ha demostrado esta crisis es que ser capaz de adaptarse a los cambios es una parte importante del camino.
Cuando las comunicaciones internacionales han estado interrumpidas, tanto por la pandemia como por acontecimientos recientes como el Brexit, la llamada “última milla”, destinada a dar servicio a la demanda local, ha cobrado especial importancia.
Sin embargo, esta tendencia de la cadena de suministro opuesta a la globalización de los negocios y de los mercados, también ha demostrado sus carencias. En determinados casos, se ha puesto de manifiesto la necesidad de diversificar las fuentes de suministro para ser más flexibles, eficaces y reducir los costes.
En este contexto entran en juego la diversificación de los proveedores, orientada a la reducción de costes. Lamentablemente, cuando el gran proveedor que es China sufrió lo peor de la pandemia, se hizo evidente que muchos de los supuestos proveedores variados en realidad dependen del mismo origen, una ilusión de diversificación más que una realidad.
En este sentido, redefinir la cadena de suministro en la era pospandemia significa evaluar mercados, alianzas y organizaciones complejas donde la planificación continua de escenarios para optimizar el equilibrio de costes debe reducir el riesgo y hacer de la agilidad su seña de identidad.
3. Hacia el futuro del trabajo en la gestión y las operaciones
Es probable que los cambios más dramáticos derivados de la crisis de la COVID-19 se presenten en el sector del empleo, la fuerza laboral y los modelos de trabajo.
El trabajo a distancia no solo es posible, sino que ha llegado para quedarse. Un cambio que, especialmente en los países mediterráneos, ha tardado mucho en cuajar y supone un antes y un después en la organización, la gestión y el control de las operaciones.
Además, debemos destacar que estos cambios no afectan solo a los trabajos de despacho o “tradicionales”, son muchas las empresas industriales que en estos meses están implementando modelos de producción remota así como de control de la red de suministro.
Según Deloitte, es probable que la gestión de los datos destinada a facilitar el funcionamiento remoto sea el gran reto de la cadena de suministro en los años venideros.
Además, los avances en herramientas de automatización de procesos como la inteligencia artificial, el aprendizaje automático y la robótica, pueden ayudar a favorecer un cambio en la esencia del trabajo, debido a que los trabajadores pueden dejar de realizar tareas mecánicas para centrarse en operaciones estratégicas o que generen valor en la cadena.
Como conclusión
Si bien muchas empresas ya se encontraban inmersas en la digitalización de procesos, la pandemia les ha obligado a hacerse más ágiles, eficaces y competitivas.
La cadena de suministro del mañana deberá desafiar el status quo de dónde, cómo y quién realiza el trabajo, redefiniendo procesos, tecnologías y agentes, hacia una visión nueva y prometedora.
En OyS contamos con el conocimiento estratégico que necesita tu empresa sobre la cadena de suministro para ayudarte a afrontar todos estos retos. Ponte en contacto con nosotros si deseas más información.